lunes, 5 de septiembre de 2016

LA CULPA ES DEL OTRO

Nada nuevo bajo el sol. La transferencia de la culpa es algo que los sicólogos tienen claramente tipificado. No es algo nuevo. Y, en el caso de Mauricio Macri, tampoco es nueva esta actitud. Cuando era el lord mayor de la ciudad de Buenos Aires ya lo hacía. ¿Porqué cambiar si desde allí se proyectó a lo más alto que se puede aspirar en el ámbito político? Esta estrategia, ya que no problema sicológico, actualmente radica en echarnos la culpa a todos los argentinos de todos los males del País. O sea, en un hecho gravísimo, lo que está diciendo el Presidente es que la culpa es de la víctima.



Cuando Macri era Jefe de Gobierno de Capital Federal, si prestaba un servicio deficiente en los hospitales de la ciudad no dudaba en culpar a los que cruzaban la General Paz a raíz de la prestación deficiente de salud pública en la provincia de Buenos Aires, que saturaban el sistema. Cuando lo del parque Indoamericano, represión y muertes incluidos, la culpa era de los bolivianos, paraguayos y peruanos, o sea de la política migratoria, que el Gobierno de la ciudad no implementaba. Ante los inconvenientes generados por el tránsito la culpa la tenía el Gobierno Nacional por retrasarse en hacer alguna obra. Y mil etcéteras. Basta buscar los diarios de hace unos pocos años para comprobar lo que aquí se afirma.
Actualmente ya no puede culpar a quien esté por encima de su gobierno ya que, por sobre el Presidente de la Nación, (teóricamente) no hay nadie. Entonces, la culpa es de todos, o casi todos, los argentinos.
Si se decide aumentar el gas salvajemente, es por culpa de que muchos argentinos, gracias a la calefacción, andan en su casa en remera y en patas cuando la temperatura es de 0 grados.
Si se echa gente del ámbito público (más de cien mil) la culpa es de los ñoquis.
Si se pierden puestos de trabajo en el ámbito privado es por culpa de la búsqueda de generar "empleo de calidad", no por la recesión que proviene del plan de gobierno macrista.
Si se realizan marchas de protesta, los participantes son desestabilizadores. 
Si se realizan paros no es porque el trabajador para llegar a fin de mes debe dejar de comprar la tercera parte de las cosas que compraba hace un año, si no se le termina el dinero el día 20, es porque los trabajadores son unos nostálgicos.
Si alguien le recuerda la inflación, dice, junto a su ministro de economía, que esta ya no es un problema, como si los sueldos se hubiesen actualizado y no se hubiera perdido (y se siguiera perdiendo) entre el 30 y el 40% del poder adquisitivo del salario. Y argumenta que este "sinceramiento" es para pagar la "fiesta" del Gobierno anterior, aunque, el Gobierno anterior jamás invitó a mas de quinientas personas a esa "fiesta" y, este gobierno se la hace pagar al 95% más pobre de la población.
En cuanto a la pobreza, que, según todos los índices, aumentó durante su gobierno, solo basta echarle un vistazo a sus recientes declaraciones en la cumbre del G 20 en China para advertir como, con mentira incluida, vuelve a culpar al otro. "Hemos empezado a poner la información en la mesa y, como dije en la cumbre, hemos empezado a dar una batalla frontal contra la corrupción porque es una de las razones principales de la pobreza".
No es cierto. La pobreza, cuando hay en el mundo todo lo que se necesita, existe porque hay riqueza. Si los bienes están bien distribuídos no hay pobreza. Si no lo están, hay ricos, (en la Argentina, rico y amigo del actual Presidente de la Nación son sinónimos) Cuando hay ricos, hay pobres. Hay quien tiene lo que otro necesita y hay quien necesita lo que otro tiene. La corrupción no tiene que ver con eso. El modelo político es el único responsable. Obviamente, no digo que esté bien ser corrupto. Digo que ese flagelo que es la corrupción, (que, como la pésima distribución de la riqueza, es consecuencia del capitalismo) va por otro carril. Estaría bien, por una vez, no mentir Sr. Presidente. 
Y, cuando no encuentra a quien echarle la culpa, (por ejemplo: por qué se importan zanahorias, pollos trozados, tomates, caramelos, naranjas, manzanas, etc., etc., etc.), se calla la boca y, por supuesto, no asume la culpa. 
Cuánto tiempo va a demorar el pueblo en reaccionar de modo conjunto para exigirle a Macri que deje de robarle LA VIDA al 95% de los argentinos solo por revancha, por sed de venganza y para beneficiar al otro 5%, entre los que están sus amiguetes, es la pregunta que espera una respuesta satisfactoria YA.
LO QUE SIGUE YA LO DIJE EN ALGUNA OTRA ENTRADA AL BLOG:
EL LÍMITE DEL AJUSTE DEPENDE DE LA CAPACIDAD DE REACCIÓN DE LOS AJUSTADOS




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